La pobre chica no sabía qué hacer con el bebé.
Asumir la maternidad siempre será una tarea difícil. Quizás incluso de las más complejas en la vida de una mujer. Esto lo digo con todo respeto, desde la vereda de al frente que no deberá pasar por ello, pero con las experiencias de amigas y familiares que han debido afrontarla.
Y esta etapa, es aún más cuesta arriba, cuando les toca solas. Así le pasó a esta chica, quien vio como el padre de su futura hija se desvanecía totalmente de su vida.
Desesperada ante la presión que significaba llevar al desaparecido “novio” a casa de sus padres, le contó a quien siempre estará a su lado: el mejor amigo. Y él, en una inmensa muestra de amor incondicional, le aseguró que no tenía por qué preocuparse, y que él la acompañaría en este difícil viaje.
Esos son los hombres que valen la pena.
Y para que no quedarán dudas, o como una simple muestra de amor al aire, el joven Eduardo llevó las cosas a lo concreto, y le aseguró estar ahí para ella.
Eso, señoras y señores, es un verdadero amigo.
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