ADVERTENCIA: LAS SIGUIENTES IMÁGENES NO SON APTAs PARA GENTE SENSIBLE.
Recuerdo cuanto tenía unos 14 o 15 años cuando en Internet empezó a circular las fotos de una persona que se había transplantado, con una pequeña cirugía estética, algunas partes del rostro de un perro. A esa edad, la imagen quedó grabada en mi mente y cuando la volví a ver, es obvio que tenía muchas dudas que responder.
¿Es real lo que ven mis ojos?
Las imágenes son fuertes, primero vez la cabeza de un perro sobre un fondo blanco. La sangre pinta un poco las sábanas blancas.
Un bisturí extirpa las orejas y ojos, dejando la cabeza del animal con los músculos expuestos a la luz. Luego, con un serrucho cortan el hocico del animal. Un instante crudo, asemejado a una pesadilla.
La cara pulcra de Rodrigo Braga, quien tendrá la cirugía, aparece.
Junto con una aguja para cocer piel humana y un poco de hilo, poco a poco el doctor une las partes del perro con las de Braga.
Casi al finalizar, un tubo de manguera es puesto en la boca de Rodrigo para que respire.
Ya adentro, unen el hocico del perro a Braga.
Este resultado a muchos nos impactó, pero la verdad detrás de todo podría tranquilizarnos, en parte.
Primero, Rodrigo Braga es un artistas visual brasileño. El nombre de esta obra es Fantasia de compensação(Fantasía de compensación) y fue realizada en el año 2004.
La cabeza de Rodrigo que aparece en las fotos no sería la de él, sino que se trataría de una replica exacta en silicona.
Sin embargo, el rostro del perro sí es real. El animal fue sacrificado por otros motivos, seguramente relacionados con su salud, y luego la cabeza fue donada a Braga, quien la utilizó para hacer su obra plástica.
El resultado final fue este híbrido de perro y persona. Si deseas ver todo el contenido, aquí puedes verlo bajo tu propio riesgo.
Que tengan dulces sueños hoy.
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